La corrupción es un riesgo para todas las empresas, ya sea que tengan su sede en Londres, Shanghai o la Ciudad de México. Además de los efectos devastadores y más reconocidos que la corrupción tiene en la sociedad en general, la corrupción destruye la reputación corporativa, inhibe el espíritu empresarial, debilita el libre mercado y socava la estabilidad vital para las economías exitosas.
Para las empresas de mercados emergentes, como para todas las multinacionales globales, la transparencia corporativa debe ser un componente clave de la sólida práctica anticorrupción.
Si bien la transparencia lograda a través de una divulgación más completa no equivale necesariamente a un buen desempeño, Transparencia Internacional cree que la presentación de informes demuestra el compromiso de una compañía para contrarrestar la corrupción y hace que las empresas sean más fácilmente responsables de las deficiencias.
Publicación en inglés.
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